—Descansa, te veré mañana.
—Tu igual descansa.
Sale de la habitación, cerrando la puerta con suavidad a sus espaldas. Un fuerte suspiro se me escapa de lo aliviada que me siento al ver que Hades se ha ido. Enseguida me levanto de la cama y me visto.
Ya estando preparada, saco la mochila de Calix de debajo de mi cama junto con la mía, me asomo a la ventana y veo a mi abuelo surcando los cielos, batiendo sus enormes alas negras, me mira de reojo y asiente con la cabeza levemente. En el jardín se escuchan ruidos, enseguida bajo la mirada y veo a Ares escondido entre los arbustos llenos de espinas, miro por encima de mi hombro, cerciorándome de que no haya nadie, con nerviosismo tiro las mochilas y Ares enseguida las agarra, escondiéndolas entre los arbustos para luego desaparecer.
—Bien… ahora sólo falta que mi abuelo venga por mí.
Me siento en la cornisa de la ventana y miro hacia afuera, acariciando mi cabello y vientre completamente nerviosa y asustada, tengo miedo de que las cosas no