—Los primeros pasos de Calix— Baja la mirada y sus ojos me siguen, luego un ligero suspiro se le escapa, una sonrisa nerviosa se dibuja en sus labios. —Dioses... ¿Qué he hecho? — Dice con nerviosismo mientras se pasa una de sus manos por su cabello. —Espero no arrepentirme de esto... — La imagen se vuelve borrosa, pero todavía se escucha su voz. —¡Calix, cielo! Regresa con mamá.
Se escucha como corre por el lugar, algo cae al suelo y luego... silencio absoluto, el recuerdo ha acabado. Sonrío de tan solo pensar que ha guardado eso en su dije, con esto en mente, estoy más que decidido a irme y buscar la tranquilidad que mi pobre madre no tuvo.
—En fin... nos vemos Hades, gracias por nada.
Salto del balcón y aterrizo en el suelo, silbo con fuerza y mi lobo corre hacia mí para luego detenerse enfrente de mí, se agacha y me subo a su lomo, acaricio con ternura su cabeza, tomo con fuerza su pelaje.
—Vámonos amigo, aquí no hay nada para nosotros...
Mi fiel amigo suelta un chillido sordo y se