—Tío Hades, no te enojes… simplemente vengo a traer un mensaje de mi padre Zeus—
— ¿Qué quiere el molesto de mi hermano? A diferencia de él yo tengo cosas que hacer y estoy demasiado ocupado como para tener que atender a sus estúpidos mensajes—
—Entiendo señor del inframundo, pero dice que espera a que en esta ocasión asista a la fiesta ya que es el cumpleaños de su hija Perséfone—
—Sí, si… dile que iré y que no me vuelva a molestar con estupideces como esta—
—Muy bien tío, le daré tu mensaje de inmediato—
Hermes me mira sorprendido y luego me dedica una pequeña sonrisa, al oir el gruñido de Hades, se retira enseguida, desapareciendo en una suave brisa tal y como llego.
—Parece que tienes que asistir a otra fiesta— Rio de forma disimulada.
Me acerco a él y pongo una de mis manos sobre su hombro, apretándola suavemente.
—Retírense—
Sus consejeros se van a paso apresurado, si bien es cierto que Hades es un hombre paciente y amable, cuando se enoja es todo lo contrario, muy contadas vece