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Estoy retrasada, muy retrasada. Estuve en el

apartamento con Tristán por poco más de hora y media, y atrapada en el tráfico mucho más tiempo del que debía. Ahora las agujas del reloj estaban casi sobre las once de la mañana. En mi celular seguían un montón de llamadas perdidas de Damián y Hansel, las cuales evite responder porque sabía que lo único que iban a hacer era apresurarme como sí tuviera el poder de controlar el tiempo.

Tan pronto llegué a los juzgados pedí información sobre Damián y su abogado, sólo bastó un par de descripciones para que las señoritas me dijeran lo que quería. Justo ahora estoy casi corriendo hacia dónde me dijeron que estaba. El lugar estaba abarrotado de policías, gente que por sus trajes han de ser abogados, fiscales, etc, y por supuesto, también hay una gran cantidad de civiles.

Unos vienen esposados o custodiado por policías o guardias de corte, otros sólo parecen sumidos en sus preocupaciones, mientras que otros se pasean por el pasillo con semblante s
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