En el garaje, Cristofer encendió el coche y se marchó rápidamente.
"¿Realmente saltó del edificio?", preguntó.
"Sí", dijo Aurora, "Estelle fue llevada a la comisaría y no ha vuelto. La llamé pero no pude comunicarme con ella. Cristofer, tengo que cuidar a los dos niños, y ahora no es conveniente para mí salir. ¿Podrías ir a la comisaría para ver si Estelle está bien? Ella le tiene mucho miedo a los truenos..."
"De acuerdo, estoy en camino. No te preocupes, tía Aurora. Si está en la comisaría, debería estar a salvo y sana. La recogeré ahora mismo", aseguró Cristofer.
"Gracias, Cristofer. Estelle tiene un miedo terrible a los truenos. Estoy realmente preocupada por ella", expresó Aurora ansiosamente.
"Sé que sí. Ella ha tenido ese miedo desde que era niña", respondió Cristofer.
"No es lo mismo", respondió Aurora con voz llorosa. "En el pasado, cuando tronaba, no tenía miedo siempre y cuando alguien estuviera a su lado. Pero en los últimos tres años, cada vez que había truenos o lluvias