Mirando la cáscara de la manzana, Estelle no pudo evitar sonreír y asintió diciendo: "Te creo. Si hay una competencia así, ganarás la medalla de oro".
Al escuchar esto, Rebecca se alegró aún más. Cortó la manzana en trozos pequeños para Estelle y luego le dio un trocito a la pequeña Yvonne. "Pequeña Yvonne, esto es para ti. Es muy dulce".
Yvonne parpadeó con sus grandes ojos y sonrió a Rebecca, como si entendiera las palabras de Rebecca. Dado que no tenía dientes, solo lamía la manzana.
Al ver su reacción, Rebecca exclamó emocionada: "¡Yvonne es tan lista! ¡Sabe lo que estoy diciendo! ¡Dios mío, debe ser un genio!"
De repente, el teléfono de Estelle sonó.
Estelle miró el número desconocido en la pantalla y contestó el teléfono.
"¿Hola?"
"Hola, señorita Hudson. Soy Justin".
¿Era él, Justin? Estelle quedó atónita.
No sabía si era porque la voz se distorsionaba por el teléfono o si tenía la ilusión de que la voz de Justin era muy similar a la del Señor Misterioso.
'¿Realmente es el Señor