Habíamos bajado las escaleras tomados de la mano y nos encaminamos a la cocina, pasadas las cuatro de la tarde estuvo lista la comida, pasta carbonara acompañada por jugo de fresa, luego me devoré medio pote de helado de mantecado y aún despues de ello seguia con hambre, increíble lo famélica que me encontraba.
Pierre me trajo un tarro con frutos secos que poco a poco fueron aplacando la ansiedad que tenía. Me dijo "Principessa intentemos con esto" ¡Y vaya que funcionó!
— Que pena contigo Pierre, me voy a acabar toda tu comida.
A mi comentario le siguieron carcajadas de parte de él que como cosa rara iniciaron las mías.
— Para mi es un placer verte así. — Me picó el ojo — Si es por mí te diera de todo, pero tú hermano me dijo que debes seguir cierta dieta así que...
— ¿Mi hermano? ¿Cuál hermano? ¿Cuándo hablaste tú con él? — La ráfaga con la que solté las preguntas me dejaron sin aliento.
— Calma cariño, una pregunta a la vez. Tu hermano Christian me aclaro por decirlo de alguna