Capitulo XVIII

No sé cuanto tiempo lloré y menos cuanto tiempo estuve dormida. Desperté cuando mi estómago se quejó por la falta de comida que sufría.

Pobrecito mi bebé lo único que hago es hacerlo pasar penurias. Llorando a cada rato y dejándolo pasar hambre. ¡Eso debe mejorar! Si antes estaba dispuesta a tener a mi bebé así fuera sola, ahora más que nunca estoy decidida a tenerlo por él, por nuestro amor, por lo que concebimos aquella noche bajo la luz de la luna y las estrellas.

Me levanto, estabilizó mis sentidos, ubico el baño y voy directa a el, pero nada mas al entrar y pararme frente al espejo me espanto.

Cielos... Tengo la cara hinchada y los ojos rojos como el fuego, mi cabello enmarañado y la camisa pues es otro cantar, de tanto que la utilicé para limpiarme la cara está toda sucia del pecho para arriba «esa mala costumbre no se me quita» Menos mal estoy sola. Sin perder tiempo me limpio la cara con agua así refresco mis ojos, me veo un poco, solo un poquito mejor.

La camisa está hor
Continue lendo este livro gratuitamente
Digitalize o código para baixar o App
Explore e leia boas novelas gratuitamente
Acesso gratuito a um vasto número de boas novelas no aplicativo BueNovela. Baixe os livros que você gosta e leia em qualquer lugar e a qualquer hora.
Leia livros gratuitamente no aplicativo
Digitalize o código para ler no App