Demian Stuart
Veo como mi mujer sale con prisa del consultorio, mientras mantengo presionado al estúpido hombre contra la pared. Estoy furioso con este tipo por faltarle el respeto a mi Catalina.
¡Hasta cuando seguirá hostigando con su presencia!
Pero en este momento me interesa más el bienestar de mi esposa que partirle la cara…
-No, quiero volverte a ver cerca de Catalina. Si continuas provocándome te juro que haré de tu vida una pesadilla –digo para luego arrastrarlo conmigo rumbo a la puerta para empujarlo fuera.
Mi prioridad era mi mujer por lo que salgo en su búsqueda. Sin preocuparme si atendió mi advertencia o no de irse y mantenerse lejos de mi mujer.
¿Dónde se metió? Miro a todas direcciones buscándola con desesperación. Camino sin rumbo preguntándome ¿Qué fue lo que sucedió en ese consultorio?
Al doblar por una esquina mis pasos se detienen frente a los sanitarios de damas ¡Puede que esté ahí!, sin preocuparme a murmuraciones abro la puerta para revisar si está en su