Catalina Abrego
-¿Cómo dice señor Anderson? –Esto debe ser una pesadilla, no es cierto; aún sigo dormida en mi camita, lo que estoy escuchando definitivamente no es real.
-Señorita Abrego…. Su esposo se niega como repito a consentir la anulación.
-¿Entonces vamos por solicitar el divorcio en los juzgados?, ¡cierto! –Noto por su semblante que se pone en tensión con mi sugerencia, que está considerando lo siguiente que me va a decir…. ¡Como que no me va a gustar para nada!
-Lamento informarle que su esposo, no está dispuesto permitir ninguna anulación o divorcio con usted. Además agrego que si insiste por ese camino no dejara que pase, por lo que amenazó con tomar medidas para impedirlo.
-¿Medidas señor Anderson?, ¿Cuáles medidas?... hasta donde se soy libre de tomar mis decisiones, si no quiero permanecer siendo su esposa, ¿Por qué quiere retenerme?
-Me temo señorita que tiene pruebas a su favor para impedir nuestro propósito. Debo agregar que estableció una fecha límite para que