Liam deja caer su vaso al suelo para contraatacar a Jayden, pero este lo sostiene con tanta fuerza que le es imposible.
Me niego a creer de lo que Jayden acusa a Liam. Él será un imbécil infiel y descarado, pero jamás me pondría drogas.
No podría hacer algo tan descabellado.
—¡Suéltalo, Jayden! —le exijo colocando mis manos en sus brazos, antes que termine por quitarle todo el oxígeno.
—Respóndeme o juro que llegaras en coma al hospital, esta vez no voy a ser suave contigo —le demanda Jayden a Liam.
—Yo no puse nada en su maldita bebida, hazle caso a Iris y suéltame —gruñe Liam.
—Y yo soy Blancanieves. Te doy dos segundos para responderme, mira que tengo muchas ganas de golpear un asqueroso rostro y ¿adivina qué? Tú eres perfecto.
La amenaza de Jayden no parece tener ningún tipo de ef