Ashton la miró como fiera a su presa, se mordió su labio inferior y ladeó una sonrisa extremadamente sensual.
-Tus deseos son órdenes.
Sin quitarle la vista ni un segundo se desvistió por completo, se notaba que estaba empezando a excitarse. Se arrodilló frente a ella y sin quitarle los ojos de su rostro empezó a lamerle su clítoris.
-Sabes a gloria nena.
Megan comenzó a sentirse en las nubes, siempre era así con él, siempre la llevaba al cielo y al infierno al mismo tiempo.
-¿Es esto lo que quieres o quieres más?- le preguntó él sin moverse de donde estaba.
-Quiero… ah… quiero más.
-¿Qué quieres nena? Pídeme lo que quieres.
-Quiero… te quiero dentro de mi.-le pidió completamente decidida.
Ashton se paró saboreándose sus labios y el dedo que antes estuvo jugueteando en las partes íntimas de ella y a Megan lejos de avergonzarle como le pasaba al principio la excitó aún más.
Ashton se subió a la cama y se puso entre sus piernas, sin poder pegársele mucho por su pancita.
-Tócame.-le or