Rodrigo se quedó sin saber que decirle, se conocían hace años y jamás Ashton le había dicho algo ni remotamente parecido.
-Hermano- le puso Rodrigo el brazo por encima de su hombro- tienes todo el derecho de enamorarte y te juro que me alegro muchísimo que eso pase y más que sea de ella, porque sé que es buena muchacha y te quiere, eso se le nota.
Hizo una pausa Rodrigo- solo creo que deberías decirle la verdad.
-¿Cuál verdad?, ¿que soy un puñetero mafioso?, ¿que mis manos están manchadas de sangre? -había dolor en las palabras de Ashton.
-Esto es lo que soy y lo que voy a seguir siendo hasta el último día de mi maldita vida - respiró profundo - fue lo que me tocó y una mujer como Megan no anda con tipos como yo.
-Ashton, tus manos estarán manchadas de sangre, no lo dudo pero recuerda que esas mismas manos son las que salvan todos los años miles de personas de bajos recursos.
-Las salvan ustedes- dijo con sus ojos húmedos.
-Con tu dinero, y en tu clínica, así que si somos justos, la