Celeste.
Después de esa cabalgata tan agradable llegué al mostrador, Arturo tenía cara de felicidad.
-Arturo por qué tienes esa cara.
-A mí no me vas a hacer el tonto me vas a decir que pasó, quiero chismecito.
-No pasó nada.
-Entonces porque vino solo al hotel y luego te invito a cabalgar a ti.
-Arturo esos son asuntos de él, si quieres saber pregúntale a él, la caminata no tiene muchos amigos aquí en la playa así que yo decidí ir con él, algún problema.
Puse mis manos en mi cintura empecé hacer un puchero.
-No ninguno tranquila, aunque se me hizo sospechoso.
En eso llegó Julio se miraba un poco molesto.
-Estoy hasta la mierda de este trabajo.
-Que pasa Julio.
-Un maldito imbécil choco mi moto.
-Eso debió doler amigo.
-Deja tú el imbécil tuvo el descaro de echarme la culpa a mí, que yo no tenía que haber tenido mi moto estacionada.
-Dónde la tenías estacionada.
-En el lugar de siem