Tras una larga tarde practicando y hablando sobre el plan de mañana, la noche encuentra a Dania y Leander fundidos en los brazos del otro, con sus corazones latiendo al unísono. Él hunde la nariz en su cuello, inhalando su aroma, y con una mano en su vientre, sonríe. Near mueve la cola, y no pueden estar más felices.
—Podemos sentir su corazoncito, mi amor, es hermoso —murmura Leander, con el sentimiento atrapado en su garganta.
La castaña se eriza. Ella también quisiera escucharlo, pero no puede ya que no es como ellos. Sin embargo, Near, sintiendo su curiosidad, se concentra y consigue que el sonido se filtre por su enlace, logrando que ella lo escuche.
Dania se gira hacia ellos, viéndolos con sorpresa. Los labios le tiemblan al hablar.
—¿Es...? ¿Su corazón…?
Leander le asiente, y besa su frente. Ella llora, emocionada. Es tan hermoso. Podría escucharlo todo el día, dormir con ello. El fruto de su amor destinado por sus Diosas, tan poderoso, tan amado.
Ella se aferra más a su compañe