122: Cara a cara.
Los Guerreros de Pure Moon, ya habiendo atacado a otros licántropos que se encontraban custodiando sus casas en el oeste, se acercan en diferentes ángulos del bosque en busca de más.
Ninguno de los aliados ha reportado a Oziel y su hijo, así que es obvio que están en esta zona. Una vez que llegan allí, ven a la distancia la cabaña siendo custodiada por Guerreros, y efectivamente, un lobo dorado y una mujer que desde allí desprende su olor a bruja.
—Bingo —murmura Calixto, pero justo cuando hace una seña para que los licántropos avancen, uno de ellos en forma humana le habla.
—Alfa Calixto, dijo que hay una reliquia para disipar sus poderes, al no tenerla con usted, ¿cómo la atraparemos?
—Usa la cabeza —responde él, con la vista maliciosa fija en ella desde la distancia—. Ataca a su compañero, retenlo y será nuestra.
Sabe que el amor es una debilidad. Por eso él jamás lo ha tenido realmente. Y ahora agradece eso.
—Armas —murmura el Guerrero, por lo que otro se las pasa.
Calixto toma el