Cuando Margarita salió de visitar a Cándida de su celda, estaba muy decepcionada con lo que ella le había contado de Rogelio, jamás en la vida se imaginó que su adorado niño Rogelio al que crió y cuidó como si fuera su propio hijo, fuera capaz de hacerle semejante canallada a su propia hermana, despojándola de su herencia durante casi toda una vida y haciéndola pasar los peores momentos gracias a su carácter dominante, prepotente, que la sometía día a día a vivir bajo su régimen, además de haberla obligado a tomar la decisión de casarse tratando de encontrar una salida para poder recibir su herencia.
(…)
Margarita salió de ver a Cándida con una expresión de disgusto que era muy difícil de ocultar, estaba molesta con Rogelio, le costaba creer que hubiera sido capaz de robar y engañar a su hermana.
— Nunca me imaginé que fueras capaz de hacerle daño a tu propia hermana, ¿No te das cuenta que le amargaste toda su vida haciendo que ella viviera atormentada con la idea de que tenía que cas