Por Antonella.
Estoy en los brazos de Fabrizio y entiendo que sea una locura, porque en un punto siento que él me desprecia, también siento que me ama, pero a veces siento o intuyo su desprecio, creo que no puede evitar ocultarlo, o tal vez no quiera hacerlo, tal vez son celos, pero tiene comportamientos que me duelen y me van a lastimar toda la vida.
No tengo los ojos vendados, sé perfectamente cómo es, aprendí a conocerlo después de entregarme a él y chocar contra un muro lastimándome siempre.
Eso no me pasó una sola vez, me pasa cada vez que terminamos juntos.
Lo amo con desesperación, pero a esta altura sé que si no somos amantes, no somos nada, él no quiere tener algo más importante conmigo.
Él quiere decidir en qué momento ser amantes o cuando le molesta que yo esté cerca suyo.
Siempre me pareció un hombre seguro, dominante y con poca empatía.
Ahora sabe que a mí no va a poder dominarme, por más que el frío se apodere de mi alma.
Tenemos la piel del otro tatuada en nuestras alma