Capítulo 34.

No podía dejar de pensarla. Intentaba mantenerse a distancia y no sobrepasar la relación profesional, pues pensaba que si Emma se sentía demasiado presionaba podría irse sin importarle el contrato. Y esa noche inquieto y sin poder dormir, una pregunta no cesaba de aparecer en su mente ¿Emma se acostaba ya con Paul Wagner? Tenía que saberlo. Tenía que verla, sentirla, saber que aún le pertenecía aunque no podía tenerla.

Habían pasado dos meses.

Llevaba poco más de dos meses sin las caricias de la mujer que amaba, sin su perfume en su almohada. Y ni siquiera podía tomar a otra mujer; odiaba la sola idea de hacerlo. Era como si el alma de Emma lo retuviera. No podía tenerla a ella, y tampoco a ninguna otra. Y si Emma ya compartía su cama con Wagner, ¿cómo él podría vivir sabiendo que eran los brazos de otro hombre los que ella buscaba para sentir placer?

Se metió a jalones el abrigo y fue a buscar su Aston Martin, tomó una calle lateral al edificio de Emma y detuvo el auto detrás un
Capítulos gratis disponibles en la App >

Capítulos relacionados

Último capítulo