Hanah se encontraba en el pintoresco mercado del pequeño pueblo, haciéndole las compras habituales a su tía Katherine. Iba sumida en sus pensamientos, y no advirtió la presencia de un obstáculo en su camino. Solo en el último momento, cuando ya casi había chocado contra un hombre alto e imponente, intentó esquivarlo, pero perdió el equilibrio en el movimiento y, justo cuando iba a caer, un par de brazos la agarraron con firmeza y le hicieron recobrar la estabilidad.
Entonces con el corazón acelerado, se atrevió a mirar al hombre de corbata azul que la había rescatado, Ares Prokopis la contempló con una expresión atractiva, fría y pasiva al mismo tiempo.
Hanah se estremeció entre sus brazos, abrió y cerró la boca sin pronunciar ninguna palabra, y encajo con pánico la mirada brillante de aquella fiera que la tenía entre sus garras.
_ No hay un solo lugar en todo el mundo donde puedas esconderte de mi_ le dijo Area con calma, como sentencia definitiva_ El juego ha terminado Hanah Marsha