CAPÍTULO 2 La encontré

Callum de Rufus

Ghisoni Canton de Fiumorbo-Castello, Francia, 2023.

Los pasillos de la mansión son silenciosos, abro las grandes ventanas del balcón y salgo, miro el gran bosque, suficiente bosque para correr y respirar fresco, la luna llena de hoy se ve más hermosa que antes, si tan solo la diosa me regalara la oportunidad de encontrar a mi pareja predestinada a la que me enlazó.

— Alfa — volteo cuando me llaman, miro a Alex entrar al balcón, observo la carta en su mano que termina por dármela, la miro y la abro mirando su contenido — La señorita Ava quiere verlo en la semana de la moda — alzo la ceja al escuchar su nombre.

Ava es mi prometida que mi padre arregló para que sea mi luna pero hace cinco años cuando ella cumplió 18 años no sentí la conexión de almas gemelas destinadas, cuando esto pasó no la mire de la misma manera, es hermosa, eso es seguro pero no es mi alma gemela, no es mi luna y como no lo es, no la quiero como luna para mi manada a pesar de que estudio todos estos años para estar a la altura de una luna, una líder y una reina.

— No puede rechazar otra invitación, su compromiso será en un mes y su boda en 3 meses, recuerde que al marcarla como suya se vincularan — ruedo los ojos al escuchar al pelinegro hablar.

— Ya no es tan emocionante como antes, Alex, realmente creí en un futuro con ella y tener muchos cachorros pero no siento nada por ella y es triste sentir eso, no quiero lastimarla y que tenga una matrimonio infeliz como el de mis padres, al no estar enlazados por la luna tuvieran que recurrir a la marca — le entrego la invitación, bajo las escaleras, salgo al jardín, camino hacia la entrada del bosque en donde me deshago de mi ropa dejando en una banca para transfórmame en lobo y comenzar a correr.

Sentir el frio de la noche y sin darme cuenta el sol empieza a aparecer, escucho el río cerca lo que significa es el límite de mi territorio de la mansión, me volteo para regresar pero un olor me llama la atención.

“La encontramos”

Escucho a mi lobo decir, el olor dulce como la miel sobre pimienta pero huele como a un afrodisiaco que enloquece a mi lobo, me acerco al río que es por donde la huelo, me acerco y ahí está bebiendo agua, su pelaje es tan blanco como un copo de nieve, podría jurar que parece de la manada de luna blanca de la atlántica, me detengo en seco cuando toco una rama llamando su atención.

Junto cuando levanta su mirada sus ojos son azules, un color de asesino entre mi manada pero su olor y quien es lo que más me importa, no a quien ha podido matado pero también tengo una duda del por qué esta en este bosque. El disparo de la escopeta hace chille y se ponga a correr, me quedo ahí estático, quiero seguirla pero el disparo que sonó es un llamada entre nuestra manada, supongo que alguien llegó a la mansión, corro de regreso a la mansión.

Al llega me pongo la ropa al transfórmame en mi forma humana, camino hacia la mansión en donde veo a Alex quien me da una botella de agua, miro hacia el bosque y suspiro entrando a la mansión, debí seguirla. ¿Y si realmente es una salvaje? Aunque no parecía sucia y en sus ojos no estaba del todo transformado como lobo.

— ¿Sucedió algo? — pregunta el pelinegro y me detengo en medio del pasillo.

— La encontré — responde, parpadea confundido — Encontré a mi luna, la vi en el bosque, su loba es preciosa, es como ver la luna en su forma animal — debo sonar como un meloso romántico pero me siento ansioso por volverla a ver al igual que mi lobo.

— Ok, cálmate, primero, tu hermana llegó, segundo, debiste haber soñado ya que llevas noches sin dormir y de seguro fue una ilusión engañosa, en esta ciudad no hay ninguna manada y si lo hubiera ya nos hubieran notificado sobre eso hace tiempo — se va dejándome ahí en medio del pasillo, miro hacia la salida al jardín y juro que no fue un sueño.

La diosa me ha concedido el deseo, ahora me toca encontrarla, debe de estar en esta ciudad, no puedo rendirme.

Miro frente a mí a mi hermana sentada en el sofá de la sala, parece molesta por alguna razón.

— ¿Por qué no puedo ir a la semana de la moda? — pregunta por quinta vez, suspiro presionando mi sien.

— Eres una princesa que encima de princesa, una chica lobo que aún no sabe controlar a su loba porque se emociona por cualquier cosa y no nos podemos permitir que pase un desastre menos cuando tenemos el ojo puesto entre nosotros por ser sangre real, por eso no puedes ir  — explico más despacio.

Sus ojos brillan y saca sus colmillos en forma de rebeldía.

— Eres lo peor, Callum — gruñe enojada, asiento y se va corriendo a la habitación de invitados, miro a Alex.

— Apenas cumplió 18 años, tenle paciencia, alfa — lo dice para que me compadezca de mi pequeña hermana, nuestra madre murió a los meses después de tenerla, si tan solo ella estuviera viva, Diana no fuera así de temperamental.

— ¿Quién la trajo? Se supone que debería estar en Inglaterra con papá, no aquí conmigo — me levanto del sofá — Piensa en los enemigos, no me puede encargar de una adolescente casi adulta que no sabe controlarse ni a sí misma — dejo salir el aire.

— La trajo su tía  — intento no enojarme — La mujer esa — corrige sabiendo que no me llevo bien con ella, nunca dejó de estar tras mi padre a pesar de que nunca encontró a su pareja predestinada, solo quería ser la luna y reina pero eso nunca podrá ser posible, no cuando yo tomare el trono pronto.

— Así me gusta, con permiso — subo a mi cuarto en donde me cambio para salir a la ciudad que queda un tanto alejada de la mansión por ser esta muy adentrada en el bosque.

(…)

Lo bueno de estar aquí es que no todos me conocen en la calle y menos cuando me visto como alguien normal sin etiquetas ni moda, solo simple, sigo caminando por las calles cuando de pronto la huelo, ¿Sería posible encontrarle cerca?

Agudizo más mi oído para poder localizarla más rápido y me detengo, volteo mirando un pequeño estudio, no veo a nadie que pueda reconocer como mi pareja, solo pude ver a su loba pero si mi olfato no me falla, es una de esas chicas que van caminando en la otra calle, justamente ahí la veo, sola mirando a todos lados.

Pero me paralizo y no porque su aroma me ha embriagado sino por su rostro, tan igual al de Ava, ¿Sería posible que existieran dos personas iguales? La única diferencia es que tiene un mechón blanco en su castaño cabello, la veo suspirar y termina por entrar al estudio.

— Solo queda saber tu nombre y hacerte mía — sigo caminando a pesar de querer salir corriendo a tomarla entre mis brazos y hacerla mía pero debo ser paciente, más cuando descubrí que ha matado a alguien inocente.

Se hace de noche y regreso a la mansión en donde me encuentro con Alex con los brazos cruzados.

— Algo te pasa y me cortan la cabeza — le sonrío por la bella frase que ha dicho.

— Lo sé pero sé cuidarme solo, Alex encima, conseguí a mi pareja en su forma humana — me mira confundido — Mi lobo no miente, realmente hemos encontrado a la reina de Inglaterra y luna de la manada — me siento en el sofá relajándome del todo.

— ¿No es una salvaje? — niego a su pregunta.

— Al parecer trabaja para Monic Belle, se puede notar que lleva una vida muy normal para ser una mujer lobo  — lo veo sentarse frente a mí mientras investiga en su laptop — ¿Me conseguirás su número? — pregunto emocionado.

— No, la investigare, es muy extraño que una mujer lobo este en nuestro territorio y que nadie se haya dado cuenta — ruedo los ojos a su respuesta poco satisfactoria para mi gusto.

— No eres divertido, Alex — veo que niega.

(…)

Ha pasado una semana y justo ayer me releve ante ella sin creer que ella me vería desnudo, no era mi intención el que me viera de esa manera, solo quería hablar con ella pero no en mi forma de lobo, pero al parecer logre espantarla, encima de que portó extraña, como si esa fuera la primera vez que sabía que era una lobo.

¿Sera que apenas tiene 18 años?

— No puede ser que la fuera a ver, ¿Eres un príncipe, donde quedaron tus modales, Rufus? — miro hacia otro lado como si me importara poco ser de la realeza — Se llama Helena Ramírez, nacida en Colombia, sus padres murieron en un accidente, su abuela murió cuando cumplió 18 años, al parecer un lobo la atacó hasta la muerte… — lo miro escuchando lo que dice — Encontraron a Helena traumatizada en su cuarto llena de sangre, no recuerda nada, estuvo yendo a terapia unos años y fue vigilada, no la metieron a la cárcel por no conseguir prueba de que lo que sucedió esa noche — lee.

Miro la chaqueta que mande a lavar después de olerla muchas veces, sigo sin descifrar que olor tiene aparte de miel con limón.

— Termino sus estudios de idiomas y diseño de moda en parís hasta hace unos meses que se mudó a esta ciudad, tiene 23 años y trabaja para Monic, no hay más nada, no tiene pareja, ni familia, ni amigos, está sola — cierra la laptop — Pero es idéntica  a Ava, excepto que Ava es de sangre real y ella es una plebeya, ¿Cuál es la diferencia? — lo miro sin gracia.

— Helena es mi pareja predestina, esa es la diferencia, Alexandre — me levanto, pongo la chaqueta en una bolsa de papel después de dejar mi olor en ella — Mañana ve a verla y habla con ella — le doy la espalda pero me detengo — Ah, y trata bien, porque es tu luna, luna de la manada, así no le faltes el respeto — me alejo y subo las escaleras para ingresar a mi cuarto.

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