La comida de Selig, es a otro nivel y no puedo parar de comer el guiso de cordero (Cawl). Los chicos están peleando porque los dejé sin porción para repetir. Lo convertiré en mi chef personal, la carne salteada y el guiso saben a gloria. Todos refunfuñan, excepto Selig, está con los codos en la mesa recostado de su puño y me mira gustoso.
—Conviértete en fantasma en lo que comemos —propuso Reuben y da un mordisco de su carne.
—Selig cocinas increíble, el sabor a otro nivel —con la boca llena lo alabo.
—No la molesten, que por ella cocino las veces que sean necesarias —sonríe de oreja a oreja, es lindo ver al serio de Selig mostrando sus dientes—. Bellicienta se ha devorado mi comida con una inmensa alegría y me alimenta el corazón —me pasó su porción de carne y se me humedecen los ojos, por vergüenza agaché la mirada.
La vida es demasiado corta y me estoy permitiendo esta grandiosa oportunidad que se me ha concebido. Mi silla es arrastrada por Berwin, estoy entre medio de sus pie