Aslan Murabak
Llevo mucho tiempo sin sexo y esto hace que mi cabeza cree imaginaciones. Lemi vuelve a llamar a la puerta, me quito la ropa rápidamente y me pongo una bata, ganando tiempo para que mi miembro se calme y así poder abrir la puerta y no contestar a mi hermano duro como una roca.
"Qué retraso para abrir"- se queja.
"Ya me iba a la ducha, tenía dos reuniones online. ¿Y tú? ¿Dónde has estado?", le miento.
"Estaba con la mujer de mi vida".
"¿La mujer de tu vida? ¿Qué quieres decir?"
"Conocí a mi futura esposa, es guapa, amable y está buena". - se sienta en la silla.
"¿Es brasileña? Sabes lo que nuestros padres piensan de las mujeres extranjeras, ¿no?" - otra locura de mi hermano.
"Yo no soy el jeque, el que tiene que casarse con una mujer de nuestro país eres tú, porque no puedes rallar la sangre". - se ríe y me descojona, hablando como hablan nuestros padres- "Soy el segundo en la línea de sucesión y no pretendo alcanzarla, nunca".
"¿Y si dimito? Serás el nuevo jeque de Kudsi