*Relata Andrea
Desde que desperté de la camilla, recobre el sentido poco a poco, no me dejaron ver a mi hijo hasta que convencí a Lucifer de que estaba bien.
Cuando me lo trajeron, lo cargue entre mis brazos, me enamore de su tierna y hermosa carita.
Tan tranquilo y quietecito.
Sentí mi corazón, hincharse de amor por él, me enamoré de mi hijo.
Confieso que me moleste un poco porque las súcubos me enseñaban a como ser mamá… pero a la vez les agradecí. No estaba sola, tenía la ayuda de tres demonios. Así que aprendí todo lo que dejo dicho Samanta.
Acostumbre a salir por las tardes cuando hacía sol, a sacar, a pasear a mi hijo. Las chicas me seguían como perritos fieles a su amo, en veces era molesto que lo hicieran, deseaban que fueran ellas mismas. Pero era una orden de Lucifer. Cuidarme a mí y a mi hijo.
Lucí salía todos los días a las mazmorras, necesitaba saber el paradero de la bruja Rita e interrogaron día a día alas traidoras
*Narrador
En las mazmorras se encontraban tres pestil