Amelia, deseaba ir a casa, disfrutar de su marido y poder descansar un poco, pero necesitaba comprarse algo de ropa nuevamente, solo un par de cosas.
- Tienes ropa suficiente, podemos ir a casa – Nick, le dijo tratando de que sus palabras no sonaran a regaño
- Has visto ¿cómo crece mi barriga? – Dijo mirándolo con desespero – no pienso comprarme la tienda, solo dos o tres cosas, por favor – Nick, sonrió difícil sería decirle que no.
- Eres un pervertido
- ¡Perdón! – Nick, no sabía porque era atacado por su esposa
- ¿Crees que no sé lo que estás pensando Nicolás Arredondo? – Ami dijo roja hasta las orejas
- Cielos, ni siquiera he dicho pensando nada Ami – Nicolás temía volverse loco antes de que su hijo naciera
- Te conozco
- No voy a discutir contigo
- Haces