Capítulo1252
Ahora, al decirlo, solo estaría atrayendo odio hacia Alejandro, seguro de que la familia García padre e hijo vendría a buscarle problemas.

—¡Dios mío! — Julio estaba tan emocionado que hablaba consigo mismo, pero seguía sintiéndose aterrorizado.

—¿Impotente? ¿Cómo puede ser mi hijo un impotente? — Simón sintió como si le golpearan la cabeza al escuchar las palabras de Julio. Odiaba tanto a Julio que su rostro se inflamó de un morado profundo. —¡Julio! ¿Qué quisiste decir con eso? ¿Qué dijiste hace un momento? ¿Estás maldiciendo a mi hijo?

Julio se rio con rabia, sus labios temblaban de ira y en sus ojos destellaba un fuego devastador. —¡Eduardo cometió un acto tan vil contra mi hija! Merece morir. Si no fuera porque es hijo tuyo, Simón, me aseguraría de que no viva hasta mañana. Golpearlo y arrojarlo a la cárcel para que reflexione. He mostrado misericordia. ¡No he sido más indulgente!

Los corazones de Simón y Leonardo se encogieron con fuerza. Vinieron desde lejos pensando en exigir r
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