16. Encargar a su bebé

Cuando por fin se separaron para tomar aire a bocanadas, ambos seguían mirándose (¿o comiéndose?) con los ojos, nublados de deseo. Elissa trató de fingir que todo estaba bien, y para cambiar de tema rápidamente, señaló la mansión:

—¿Me imagino que ahí viviremos estás dos semanas?

Como si Oliver supiera lo que estaba haciendo, asintió lentamente, pero al mismo tiempo, metía una mano entre su falda de volantes, la cual de por sí ya estaba bien subida. Sintió sus firmes dedos apartar la tela de sus bragas y acariciarle su sensible clítoris. Respiró profundo, pero siguió mirando hacia la casa, decidida a mantenerse así. Pero se le haría imposible, porque aparentemente su cuerpo tenía vida propia y amaba cada caricia de Oliver Spyrou.

«Traicionero cuerpo.»

—Sí, probablemente allí mismo hagamos a Olivercito o Elissita —dijo burlonamente. Elissa trató de reprimir un gemido y una risa al mismo tiempo. Los diminutivos le resultaron de lo más chistosos, pero sus dedos le estaban volviendo loca
Capítulos gratis disponibles en la App >

Capítulos relacionados

Último capítulo