Aun no sabían como se había enterado y no alcanzaron interceptarlo, llegaría en cualquier momento. Al terminar el relato a Mara se le vino el mundo abajo, estaba pálida y le sudaban las manos, él solo la miraba curioso.
De pronto y antes que alguno hablase sonó el timbre, resonando en toda la casa.
-¿Deseas verlo?-pregunto molesto y fríamente Ammos, con su mirada de enojo.
-No... Tengo miedo que haga alguna escena... perdóname es mi culpa-recordando su pasado violento-será mejor que me marche…
-No lo harás... y esto no es tu culpa, además yo no tengo nada que perdonarte, solo tranquilízate, es él quien debe temer-y sale de la habitación, al llegar a la puerta principal y tras abrirla se encuentra con la figura de un hombre, que de manera brusca y prepotente le pregunta por Mara.
-Ella no está disponible para usted-dijo secamente Ammos sin cambiar su mirada hacia él.
-Soy su marido y deseo hablarle ahora-comento este sin cambiar la actitud hacia a Ammos, aunque infundía temor y de