Narra Alondra Ferreyra
Nos subimos todos en ella y apenas nos instalamos en los asientos, David me abrazó y me dormí nuevamente, hasta llegar a Morelia. Esa noche, nos quedamos todos en casa de Carmen.
–Chicos, deberíamos pedir algo de desayunar – Dijo Carmen – No comieron nada en el vuelo, se quedaron dormidos y no tenemos nada de comida, pues no hemos estado aquí en mucho tiempo.
–Sí madre, ordenemos algo, quiero comer y después descansar – Pidió David – Estoy muerto.
–También yo, Carmen – Dije bostezando – Quisiera, dormir todo el día.
Estaba tan agotada de todo, que no tenía fuerzas para nada más, solo permanecer acostada y dormir todo lo que se pudiera, pero también teníamos que comer.
–Todos estamos igual – Dijo Viri – Pero, debemos comer primero algo de alimento, no podemos estar así en ayunas o nos hará mal.
Carmen pidió para desayunar y cuando llegó el pedido, todos nos sentamos a la mesa a comer, después recogimos los trastes, le ayudamos a Carmen a recoger la cocina y Davi