Narra David de María
Nos quedamos mi princesa y yo viendo el horizonte ahí sentados en la paz que nos daba el lago y su inmensidad, más tarde comenzó a haber una amenaza de tormenta y volvimos a la cabaña. Por esa situación y debido a que anunciaron, que habría un pésimo clima durante dos días, ya no pude salir a comprarle las flores a mi madre, pero me surgió una excelente idea, gracias a Dios yo siempre he sido muy creativo.
– ¿Qué se te ocurre mi amor? – me pregunta mi novia.
–Pues vamos a preparar algo especial para ella.
–Te ayudo en lo que sea, mi vida.
–Gracias, preciosa.
Alondra me quiso ayudar en lo que yo tenía en mente y ella se puso a adornar la cabaña en la parte de abajo, en especial la mesa que teníamos en el patio en la zona cubierta, en donde podíamos cenar y pasar el rato sin importar el clima de afuera.
– ¿Quieres ayudarme en la cocina?
–Por supuesto, quiero ser parte de la sorpresa para tu mamá.
Alondra subió ya siendo casi de noche a llevarle un té a mi madre y