Nina
Aún estaba sentada en la camioneta, con la frente apoyada en el volante mientras las lágrimas corrían por mis mejillas en pequeños ríos.
Me sentía una fracasada. Intenté convertir a Jessica en un hombre lobo para salvarle la vida; arriesgué la vida de mi propio bebé, ¿y para qué? Ella seguía ig