Me incliné hacia él y atrapé sus labios con los míos. Me devolvió el gesto y me levantó suavemente, cargándome hasta la cama.
...
Nos tumbamos el uno sobre el otro, sudorosos y satisfechos. Con la cabeza apoyada en el pecho de Enzo, rodeada por sus brazos, me sentí completa y totalmente segura. Pero