Capítulo 355
Escuché el sonido de las risitas de Enzo resonando en mi mente, y él inclinó la cabeza hacia atrás, dejando al descubierto su cuello. Me incliné y le mordí el cuello, como si fuera mi presa.

Pero al mismo tiempo, ambos retrocedimos. Su pelaje fue sustituido por piel y mis dientes por labios. Besé su
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