Nina
Enzo y yo nos miramos, con los ojos muy abiertos y la boca abierta.
"¿Cuánto falta para que lleguen?". Preguntó Enzo, saliendo rápidamente de la pista y acercándose al banco para quitarse los patines. Yo lo seguí, aunque cuando intenté desatarme los patines, me temblaban tanto las manos que ape