Leia sonrió y mordió su labio mientras ocultaba su rostro con la cálida manta que los había cubierto toda la noche, sintió su rostro arder y cerró los ojos… una emoción que surgió en su estómago, subió a su pecho y erizó su piel.
—Soy tan tonta— se dijo resignada. Estaba feliz.
Durante la madrugada Caleb la había desnudado, se había subido a su cuerpo y le había vuelto a hacer el amor; casi podía sentir su boca besando y mordiendo su cuello, mientras despacio la penetraba… y ahora estaba ahí, completamente desnuda bajo esa manta, suspiró y trató de controlar esa tonta emoción que le provocaba estar intentando que eso de verdad funcionara, se sintió tan bien entregarse a Caleb, y ser ella quien reconociera el deseo que él había logrado transmitirle… sinti&oac