Maximiliano.
Siento que algo me ase cosquillas en la punta de la nariz y al abrir los ojos lo primero que veo es el cabello negro de Diana qué ya es mucho más largo qué antes, bajo la mirada a su hermoso rostro qué esta tan pacíficamente, todavía no puedo creer que allá aceptado ser mi esposa, debo de empezar a planear la boda pero primero debo de encargarme de mi madre ya que cuando se entere de esto sería capaz de apuñalar a Diana con sus propias manos pero me preocupare de eso después por ahora disfrutare del calor del cuerpo de Diana, que comienza hacer un puchero para después abrir los ojos y mirarme fijamente, le doy una sonrisa dulce y miro como sus mejillas se tornan de un rosa intenso y se cubre la cara con las sabanas.
-¿ ocurre algo futura mi futura esposa ?
-no digas nada solo dame algunos minutos para procesar de nuevo todo.
-te doy el tiempo que quieras mi dulce ángel de cabellera de ébano.
Abrazo a Diana y le doy un casto beso en el cabello qué vuele a rosas, anoche me