Leandro se encuentra fuera del edificio donde vive Alba, tiene rato de haber llegado y no se ha decidido bajar del auto, hace rato se veía decidido, pero ahora vuelve a sentir ese miedo, sin embargo, toma valor para bajarse, caminar y adentrarse al edificio, sube al piso de Alba y sin pensarlo más toca la puerta.
Del otro lado Alba se extraña, ¿Quién podría ser a esta hora? Piensa ella, es viernes y pensaba ver películas hasta quedarse dormida. Se dirige a la puerta y abre pensando que podría ser algún vecino necesitando ayuda, pero encuentra a su jefe, a la última persona que quería ver.
—Sr Suárez, ¿en que le puedo ayudar?
—Alba, ¿puedo pasar?
Ella se lo piensa y suelta un suspiro cuando decide, se hace a un lado y lo deja pasar.
—Veo que ha visto mi mensaje, o sino no estaría aquí —dice ella cerrado la puerta y al darse vuelta, Leandro la toma por sorpresa dándole un beso—, señor… —La interrumpe.
—Dime Leandro, Alba, por favor.
Su respiración es pesada y gracias al beso, Alba nota