XXXIV. Una madre siempre perdona
Punto de vista de Edward Harris
Mi querido tío está en un lugar remoto del país, hoy hará un negocio demasiado importante y que le reportaría millones, si no tuviese a toda la policía esperándolo para sorprenderlo con las manos en las drogas.
Se siente muy seguro de que nadie lo va a interrumpir, porque sus amigos importantes corruptos, taparán los ojos de todas las autoridades, para que nadie intervenga, a pesar de saber las cosas ilícitas que se hacen en ese puerto abandonado e ilegal.
El hombre que me sorprendió, era alguien sin importancia y prescindible, nadie se dará cuenta de que no está, hasta que no sea demasiado tarde.
Quisiera verle la cara al m4ldito de Darius, todavía tengo muchas dudas sobre mi pasado y la verdad, sobre la muerte de mi padre y la locura de mi madre, pero prefiero que muera como el perro que es, a enterarme de cosas que he aprendido, que tengo que dejar ir y que ya no puedo cambiar.
Tanto odio y rencor, me llevó a dañar a la mujer de mi vida, a la madre d