Mariana escuchaba, impotente, la voz de Sofía afuera. Se debatía, pero las cuerdas estaban demasiado apretadas, haciéndole imposible liberarse. Con la boca sellada con cinta, no podía emitir sonido alguno.
Tras una extenuante confrontación con Dolores que duró día y noche, Mariana había caído rendid