—Papá, ¿estás bien? —Lluvia notó que algo le pasaba a Autem.
Autem miró fijamente por un momento y luego negó con la cabeza.
—Nada, ¿quién era esa chica? ¿La conoces bien?
Lluvia, acurrucándose en el brazo de Autem, suspiró profundamente.
—La esposa de Lisandro. Según escuché, ya se casaron oficialm