Ximena se agachó, apuntando con su látigo a Ignacio.
—Pagarás mil veces por el sufrimiento que me causaste.
—¿Qué?
Catalina e Ignacio preguntaron al unísono. No era una pregunta de desacuerdo, sino de confusión sobre el significado de «pagar mil veces».
—He recibido treinta y siete latigazos. ¡Me de