—¡Ay, Mari! ¿Por qué arruinar tu vida por un hombre indigno? ¿Acaso no puedes vivir sin Diego? —se lamentaba para sí misma.
En ese momento, Jorge tocó a la puerta y entregó a Ximena un paquete.
—Señora, alguien le envió esto. Se especificó que debía abrirlo personalmente. Llegó a Residencial Orquíde