Sus palabras la llenaron de esperanza, y con el corazón rebosante de dulzura, lo abrazó fuertemente.
Ximena despertó sobresaltada de una pesadilla. Todo lo que podía ver era sangre y destellos de cuchillos y espadas. Soñó que Elena la estaba descuartizando. Se secó las gotas de sudor que perlaban su