—Sé que es una buena mujer. —Sofía se recostó en el sofá, visiblemente alterada—. Me cae bien y quiero ayudarla, pero no sé cómo. —Samuel bajó las escaleras visiblemente molesto, preguntó a Sofía.
—¿Tu primo te hizo algo malo? ¿Por qué Ximena lloraba tanto? ¡Ese desgraciado! ¡Ojalá no me lo tope! —e