Gritaba Rebeca, aún con el celular dañado en mano, esperando escuchar palabras de apoyo. Ximena se llenó de ira, respondió:
—¡Rebeca! Si quieres jugar a la víctima es tu problema, pero deja de culpar a todos por los errores de tu familia.
—¿Qué hicimos? ¿Dónde estuvo nuestro error? ¡Claramente la eq