Mirando el número de Lisandro, Ximena murmuró: —Así se va a quedar la cosa, pues.
De pronto, el timbre de su casa sonó. Era Teresa.
Al ver a Teresa, Ximena se iluminó y la invitó a pasar rápidamente.
Teresa dijo que había venido a Nubiazura por trabajo y aprovechó para visitarla a ella y a Felicia.