Gloria levantó la mano dispuesta a abofetear a Ximena.
Justo cuando la mano de Gloria estaba por impactar, Teresa intervino deteniendo el golpe.
Teresa, con una fuerza sorprendente, apretó la mano de Gloria tan fuerte que la hizo gritar: —¿Quién te crees? ¡¿Cómo te atreves a detenerme?! ¡Suéltame ah