Ximena compartió sus sospechas con Mariana.
Los ojos de Mariana se agrandaron con sorpresa, y su boca se abrió más y más. Después de un momento, agarró a Ximena, su voz temblaba de emoción.
—¡Esto es justo como esas historias donde el magnate se enamora, tienen una noche juntos, ella queda embarazada y luego se casan para después enamorarse!
—¡Tiene que ser él! ¡Es él, es él, es él! —Mariana cantó las últimas palabras.
Ximena la miró con incredulidad: —¡No es seguro! ¿Qué tan probable es eso