—¡Ximena Castillo, no seas ingrata! ¡Traje suficiente comida para ti también!
—Te lo agradezco, ¡considera que ya lo he comido! —respondió Ximena con gratitud.
—¡No, no, no! ¡Debes comer de verdad! —Sofía comenzó a sacar las cajas de comida de las bolsas, preparándose para un festín.
—¡A mí me encantan los camarones a la Diabla! No lo que tú has traído —dijo Ximena.
—¡Pero si esto es de Nubiazura, el mejor restaurante gourmet en la ciudad! ¡Es difícil conseguir una reserva! —Sofía abrió la c