Mientras Lisandro y Felicia conversaban, de alguna manera llegaron al tema de la maestra Fresa.
Felicia, sosteniendo una fresa roja en su mano y con voz tierna, dijo: —Tío, no te enfades con maestra Fresa. Fui yo quien quiso ser la mejor en deportes, por eso fui a correr al campo.
—¿Por qué querías ser la mejor en deportes? —preguntó Lisandro en voz suave.
Se sintió conmovido por la inocencia y bondad de Felicia.
Felicia era como un pequeño ángel, ¿cómo alguien podría tener el corazón de las